Con un espacio como el laboratorio la  unión de la teoría con la práctica permite al alumno comprender la realidad del mundo vivenciando de primera mano aquellos contenidos que se trabajan en las aulas.

Muchas veces las explicaciones teóricas se mueven en un nivel de abstracción que impiden al alumno llegar a comprender aquello que se le está explicando. Es por ello, que el laboratorio se convierte en una experiencia práctica singular

En él, los alumnos contactan con la realidad y ven con sus propios ojos lo que no pueden ver en la pizarra.

Una verdadera formación integral debe incluir “prácticas de laboratorio” suficientes para que el alumno vaya entendiendo de forma progresiva los grandes eventos de la realidad.